En la Corporación MilVíctimas, creemos firmemente que la defensa de los Derechos Humanos constituye la base de toda sociedad justa, inclusiva y democrática. En este sentido, resulta fundamental analizar cómo se articulan los derechos humanos con el deber de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, instituciones que desempeñan un papel decisivo en la preservación de la seguridad, el orden público y la integridad de la Nación.
Desde nuestra perspectiva, el vínculo entre Derechos Humanos y Fuerzas Armadas se encuentra respaldado por un sólido marco legal nacional e internacional, que establece límites claros y responsabilidades ineludibles. La Constitución Política de Colombia, junto con tratados internacionales ratificados por el Estado, establece que la misión de militares y policías debe ejercerse siempre con respeto a la dignidad humana, a las garantías individuales y a los principios de proporcionalidad y necesidad en el uso de la fuerza.
No desconocemos los desafíos actuales que enfrenta nuestro país en esta materia. La labor de las Fuerzas Armadas y de la Policía, en contextos de violencia, criminalidad y conflicto social, exige una capacitación constante, protocolos claros y mecanismos de rendición de cuentas que permitan prevenir violaciones a los derechos humanos y, a su vez, fortalezcan la confianza ciudadana en las instituciones.
Como organización comprometida con las víctimas y con la construcción de paz, reconocemos que la armonización entre la seguridad nacional y el respeto a los derechos fundamentales no es una tarea sencilla, pero sí absolutamente necesaria. Solo mediante el equilibrio entre el cumplimiento del deber militar y policial y la garantía de los derechos humanos podremos avanzar hacia una sociedad más justa, pacífica y respetuosa de la ley.
En la Corporación MilVíctimas reiteramos nuestro compromiso de acompañar a las víctimas, promover el diálogo institucional y social, y aportar al fortalecimiento de una cultura de derechos humanos que sirva como guía para las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el cumplimiento de su misión constitucional.
Porque defender la vida, la dignidad y la justicia no es solo un mandato legal, es un deber moral con la historia y con las generaciones futuras.







