Bogotá, 28 de abril de 2025 — La Corporación MilVíctimas se une hoy al dolor que embarga a Colombia tras los recientes actos de violencia que han cobrado la vida de miembros de nuestras Fuerzas Militares y de Policía. A las familias que hoy lloran la pérdida de sus seres queridos, les enviamos un abrazo solidario y todo nuestro apoyo en este difícil momento.
Resulta profundamente doloroso constatar que, a pesar de la existencia de un acuerdo de cese al fuego bilateral entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Estado colombiano, la violencia no se ha detenido. Cada vida perdida representa una herida abierta en el corazón de nuestro país, una herida que clama por respeto, justicia y verdad.
Desde MilVíctimas, alzamos nuestra voz para rechazar cualquier acto que atente contra la vida, contra la dignidad y contra la esperanza de construir una Colombia en paz. Nuestros soldados y policías no solo protegen nuestro territorio, también custodian nuestros sueños de futuro. Merecen respeto, protección y el compromiso real de todas las partes para preservar su vida.
En palabras de nuestra directora general, Giovanna Ortega:
“La vida de nuestros soldados y policías debe ser sagrada y protegida. Resulta inaceptable que, mientras se habla de paz, sigamos contando muertos entre quienes garantizan nuestra seguridad. Exigimos el estricto cumplimiento del cese al fuego y un compromiso real con la vida y la dignidad humana. Solo a través del respeto profundo por el ser humano podremos reconciliarnos como nación.”
La paz no puede ser un discurso vacío ni un compromiso de ocasión. La paz debe construirse todos los días, en cada acción, en cada decisión, en cada palabra que pronuncian quienes hoy tienen en sus manos el poder de cambiar el rumbo de nuestro país.
Desde MilVíctimas, acompañamos a cada familia que ha perdido a un ser querido en medio de este conflicto, recordándoles que no están solos. Reafirmamos nuestro compromiso de seguir trabajando incansablemente por la defensa de sus derechos, por la preservación de la memoria de los héroes caídos, y por una Colombia donde la vida sea siempre el primer valor a proteger.
Hoy más que nunca, hacemos un llamado a la reconciliación, a la resiliencia y a la esperanza. Creemos firmemente que la paz es posible si honramos la vida de quienes ya no están, si escuchamos el clamor de quienes exigen justicia, y si cada colombiano se convierte en un constructor activo de un país sin violencia.
¡Basta ya de sangre y dolor! ¡Que la vida, la dignidad y la verdad sean nuestro camino hacia un futuro en paz!