En medio de una audiencia de versiones voluntarias de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), soldados secuestrados por las FARC durante la Toma de las Delicias en el año 1996, hicieron entrega de testimonios desgarradores sobre su cautiverio en la selva.
“A pesar de estar en la inmensidad de la selva, no había libertad, para nada había libertad”, expresó uno de los secuestrados, subrayando las duras condiciones a las que fueron sometidos.
Otro de los soldados victimas reveló que “habían varios menores de edad, había un niño de 12 años que nos amenazaba todo el tiempo”, resaltando el uso de menores armados por parte del Bloque Sur de las Farc.
Los militares sobrevivientes de la Toma de las Delicias también recordaron cómo los secuestradores, utilizaban palabras denigrantes y frases humillantes, especialmente dirigidas hacia ellos por ser soldados.
En cuanto a la representación judicial ejercida por abogados de la Corporación Mil Víctimas, se señaló que se acuerdo a las versiones de las victimas, todo el tema operativo estuvo en cabeza de Joaquín Gómez, quien, según lo testimonios, estuvo presente en el combate y el secuestro, a pesar de negarlo en la audiencia de reconocimiento.
Además, se destacó la valentía del capitán Maso y los soldados sobrevivientes, quienes resistieron con coraje la Toma y durante el cautiverio.
Los sobrevivientes también denunciaron tratos crueles, inhumanos y degradantes, como ser amarrados y atados, lo que causó impactos psicosociales que padecen hoy en dia como miedo, paranoia y persecución.
Se hizo hincapié en la necesidad de que el Estado Colombiano y particularmente la Unidad de Víctimas prioricen la atención a estos sobrevivientes, dada la gravedad de sus experiencias y el desamparo estatal sufrido hasta ahora.
En cuanto a las versiones entregadas por las FARC, se demandó que se contrasten los hechos y con los testimonios de los sobrevivientes. Se cuestionó la afirmación de que estaban sometidos a condiciones normales en la selva, así como las contradicciones en las declaraciones de Joaquín Gómez sobre su presencia en el lugar del secuestro y la negativa de las Farc a reconocer como ultimaron militares de forma cruel en medio de la Toma.
Además, se hizo énfasis en la responsabilidad de las FARC en el incendio de los alojamientos y las chozas de los soldados, desmintiendo sus afirmaciones contrarias.
Los testimonios entregados durante esta audiencia de la JEP revelan la necesidad de justicia y reparación para las víctimas del conflicto armado en Colombia, así como la importancia de contrastar las versiones de los perpetradores con la realidad vivida por los sobrevivientes.